Dirigido por Lluís Elías
Todo el mundo sabe la historia de la trotaconventos que intermedia entre Calisto y Melibea para que fundan carnalmente su amor.
¿Hay alguien que no conozca el clásico argumento de La Celestina?
Este planteamiento teatral va más allá.
Tendremos que servirnos de las peligrosas narraciones para comunicar por debajo de ellas las enseñanzas de la obra sacando el tuétano de la psicología y la cultura del siglo XV, donde una época acaba.
Flamenco y juglaría se dan la mano para explicar la trasmutación de los valores morales y sociales de un tiempo que bien podría ser el nuestro.
La enseñanza moral no está explícita en la obra sino que estos dos intérpretes, uno con la guitarra y el otro con su voz, tienen que extraerla con el mismo cuidado con el que se cogen las rosas de un rosal, evitando las espinas.
De verdad que cuesta mucho escribir la sinopsis de esta Celestina tan singular porque estamos descubriendo un mundo paralelo.
“Buscamos algo de lo cual tenemos una idea inicial, un cierto concepto. Si lo buscamos con intensidad y concienzudamente, quizás no encontremos eso, pero algo diferente va a aparecer, y tal vez pueda reorientar todo el trabajo”.
– Grotowski
Una producción de
ALBACITY CORPORATION
Coproduce
PLACEMENT COMUNICACIÓN
En colaboración con
FUNDACIÓN SIGLO DE ORO
En colaboración con
COMUNIDAD DE MADRID

Flamenco y juglaría se dan la mano para explicar la trasmutación de los valores morales y sociales de un tiempo que bien podría ser el nuestro.
Equipo Artístico y Técnico
- AUTOR: Fernando de Rojas
- DIRECCIÓN: Lluís Elías
- ADAPTACIÓN Y DRAMATURGIA: Antonio Campos
- MÚSICA ORIGINAL: José Luis Montón
- DISEÑO DE ILUMINACIÓN: Chiqui Ruiz
- ESPACIO ESCÉNICO STATE: Creación Artística
- PRODUCCIÓN EJECUTIVA: Carlos G. Navarro
- COPRODUCTORES: Albacity Corporation y Placement Comunicación en colaboración con Fundación Siglo de Oro
- DISTRIBUCIÓN: Elena Martínez, Albacity Corporation y Fundación Siglo de Oro
Elenco
- Intérprete: Antonio Campos
- Guitarra española: José Luis Montón
La obra
Adaptar un clásico es siempre un trabajo arduo. Todos sabemos que La Celestina es la obra cumbre del teatro español. Su planteamiento, estructura y complejidad hace que las opiniones sobre la misma no sean homogéneas.
Algunos dicen que es una novela, otros que es teatro. Hay incluso quienes piensan que es una obra de teatro novelada y otros que es una novela dialogada. Se defiende incluso que fue concebida para ser leída en voz alta ya que los largos parlamentos causan una excesiva duración de la obra y hace que sea irrepresentable.
Existe inconclusión en los días que pasan desde que empieza y acaba la obra. Escenarios múltiples y cambiantes según avanza la trama más propios de una novela o incluso del cine que de una obra teatral.
La adaptación
Nosotros hemos exprimido el limón de La Celestina hasta la última gota, hasta su misma esencia.
El actor interpreta a todos los personajes siendo a su vez el narrador de la historia y los tres volúmenes rectangulares es la escenografía y espacios que el actor va trasformando ante nuestros ojos. Tres elementos que se conjugan entre sí para servirnos el drama y la comedia que rezuma La Celestina.
Un virtuoso de la guitarra, un actor dúctil y versátil, y tres volúmenes rectangulares es todo lo que tenemos. La guitarra envuelve la obra dándole sentido, ritmo y tono.